Publicado el 28/02/2024

Presentación del libro de Carmen Gallano Mujer(es)

Bonito título de este tercer libro de Carmen Gallano que recoge trabajos suyos entre 1985 y 2019: Mujer(es). Bonita también su portada: Mujer(es).

Mujer es Carmen Gallano, en singular. Singular es Carmen Gallano como mujer. Singular es como psicoanalista. Hay algo en su estilo que la hace reconocible. Un estilo propio en su transmisión del psicoanálisis tal que, en él, el psicoanálisis se hace carne. Una manera de hacer vivo el psicoanálisis, pues consigue hacer presente lo que Lacan decía respecto de la ética del psicoanálisis: es la praxis de su teoría. Máximo rigor el suyo al no ahorrarse ni un esfuerzo en la transmisión de los puntos más complejos y candentes de los meandros en la teoría psicoanalítica, acompañándolos siempre de fragmentos de su práctica clínica.

Es mujer que expone, y se expone. Es valiente, pues siguiendo también sobre el filo ético, se ha jugado siempre su compromiso en los avatares de la Escuela de psicoanálisis defendiendo lo vivo de la apuesta de Lacan desde que ella pidiera su entrada en 1980 en la ECF.

De Carmen podemos decir que «es mujer, y nada humano le es ajeno». Lectora infatigable de literatura, poesía, ensayo. Espectadora activa de cualquier manifestación artística. Apasionada del flamenco, la ópera, el cine, el baile. Pulsando lo que late en los discursos de la época y haciéndolos entrar en diálogo con el psicoanálisis.

Mujeres. Solo podemos utilizar el plural a condición de no hacer de ellas un conjunto, a no ser que ese conjunto sea abierto. De ahí el paréntesis que aparece en el título del libro.

Mujeres histéricas son las que enseñaron a Freud el camino hacia el descubrimiento del inconsciente y la invención del psicoanálisis, y las que han hecho avanzar el saber en sus diferentes campos, así como mostrar sus fallas, sus agujeros. Justamente en relación a la histeria en los tiempos actuales, Carmen se interroga «¿por qué la histeria se muestra hoy en esos rostros tan aciagos y tan poco propicios para suscitar nuevos saberes?»1. Se refiere a la anorexia, bulimia, pero también a la forma en la cual la histeria hace pareja con el Amo moderno anónimo del discurso capitalista. Una forma de histeria hiper productiva que las lleva a un sufrimiento por las cosas del amor que está excluido de ese discurso2. O también el rostro de los diferentes tipos de consumo, entre ellos el sexual cuyo saldo es la insatisfacción. O la depresión, detrás de la cual se esconden las «delicias» que Carmen condensa en la afirmación «la voluntad de ser sin saber de la falta, sin pasar por la castración que agujerea al Otro y que está inscrita en el saber del inconsciente»3.

Cuán atinada es su descripción de la tristeza depresiva cuando dice que «la tristeza dura mientras el sujeto se queda en el eterno instante de la pérdida, sin consentir entrar en el tiempo del saber en el que el inconsciente ofrece el cauce del deseo»4. No hay tratado de psiquiatría que recoja de esta manera tan sucinta, precisa y poética lo que puede ser la tristeza.

Cierto que hay una cierta cobardía moral en el sujeto deprimido, pero como aconseja Carmen, el analista no debe acentuarla, pues eso solamente puede hacer retroceder al deprimido frente al psicoanálisis.

Este libro es un mapa que permite situarnos en los diferentes lugares que ha ocupado la mujer en el psicoanálisis, fundamentalmente en la obra de Freud, y posteriormente de Lacan, quien al dar un paso más, ha permitiendo salir a la mujer del callejón sin salida freudiano del penisneid, en el cual por cierto encalló un discurso feminista.

Uno de los trabajos que se incluyen en este libro se titula «De la mujer amada a la mujer deseante». Se trata de una ponencia que presentó el 26 de Febrero de 1993 en unas Jornadas del Campo Freudiano, y que se publicó en la Revue de l’ECF en el número L’Autre sexe, y que tengo en mi biblioteca.

Es justamente por esas fechas que llamé a la consulta de Carmen Gallano para pedir análisis después de haberla escuchado en una conferencia sobre la histeria en la UAM. Aquella conferencia tuvo en mi un efecto de resonancia. Es decir, un eco y a la vez razón, sobre lo que estaba en la base de mi sufrimiento histérico.

En s. XIX la mujer no tenía más lugar que el de esposa y madre. Lógica heteropatriarcal de la que Freud formaba parte, y por la cual no podía concebir a la mujer en tanto que sujeto deseante, sino solamente como amada, y amante de sus hijos.

Carmen nos recuerda que la feminidad para Freud consistía en «consentir advenir como objeto de un hombre que sustituya al padre edípico, es decir, como aquel que tiene el falo»5. El problema es que, como ella observa, el lazo de amor con el padre no permite distinguir la histeria de la feminidad. Para poderlas diferenciar, hay que situar la posición respecto al deseo en ella. Su ser deseante. «Desear al hombre, que no es lo mismo que ser objeto del deseo del padre o del hombre sustituto del padre»6. Si la feminidad solamente es pensada por la posición en relación al falo (privación, deseo de falo, goce del falo), no se puede curar la histeria entendida como «enfermedad del hombre».

Sin embargo, estar en esa lógica heteropatriarcal, no le impidió a Freud reconocer que ese mapa es el de un continente negro, ya que la mujer representa un enigma. No solo para el hombre, sino para ella misma.

Lacan se despega de la lógica freudiana que considera a la mujer tan solo desde la perspectiva fálica. Sea porque es lo que ella busca: tener el falo que le falta, sea porque es así como la ve el hombre.

En Lacan podemos leer que una mujer no puede definirse en tanto que tal, y que su relación al falo no dice de su feminidad. No hay esencia que la identifique, que la diga. Los intentos de decirla no son sino mal-decirla. La lógica de Lacan es una lógica del heteros que aporta la mujer, pues ella no se rige por la lógica fálica sino desde el no-todo. Ella es no toda al no estar concernida toda ella en la lógica fálica. Hay una duplicidad en el goce de ella: un goce en relación al falo, y un goce Otro que hace a su ser mujer, del cual no puede decir nada, y que la sobrepasa a ella misma.

Tomando las palabra de Carmen, «La esencia femenina se juega entre lo que una mujer desea de un hombre, y la relación con un goce que la desdobla a ella»7.

Esta separación de Lacan respecto de Freud hace que sí podamos diferenciar histeria y feminidad: «la histeria como búsqueda de la feminidad por la vía del deseo del padre, del hombre, y la feminidad como algo que una mujer no busca»8.

No hay argumento, narración de ella en tanto que mujer, tan solo hay rastros de la trama fantasmática que construye su inconsciente, y en relación al otro sexo.

Carmen siempre ha manifestado su feminismo. Militó tempranamente en movimientos feministas reivindicando derechos de los cuales las mujeres estábamos excluidas, pero por otra parte, su feminismo no habita más discurso que el que propaga el psicoanálisis lacaniano respecto de la feminidad: es decir, que no hay esencia como tal de la mujer. «La feminidad no es representable»9. En todo caso podríamos decir que lo que la caracteriza es una alteridad que no se incluye en ninguna clase. En este sentido, su feminismo es inclasificable, y a la vez nunca ha retrocedido ante los debates feministas, como por ejemplo un ciclo en el que participamos en la antigua sede de Traficantes de sueños sobre feminismo y psicoanálisis, en 2013.

[…] Si no es representable, no es imaginable y -como Freud atisbó y Lacan después le dio todo su relieve- el inconsciente no sabe nada de la feminidad. No hay saber que responda de la feminidad, de algo de un real que se hace presente e incide en la posición de los sujetos mujeres.10

Agradezco a Carmen su transmisión en psicoanálisis y a Rithée Cevasco y Jorge Chapuis por la compilación de parte de los trabajos de Carmen en este primer volumen.

¡Encuentren un buen asiento, y abandónense a su lectura!

Notas

1 Carmen Gallano. Mujer(es). Artículo «Histeria y feminidad», p. 214.

2 Artículo «El sin tiempo de la histeria hipermoderna».

3 Artículo «¿Qué se esconde en las delicias de la depresión?», p. 203.

4 Ibidem, p. 204.

5 Carmen Gallano. Mujer(es). «Histeria y feminidad», p. 218.

6 Ibidem, p. 220.

7 Ibidem, p. 224.

8 Ibidem, p. 225.

9 Ibidem, p. 212.

10 Ibidem, p. 212.