Publicado el 29/04/2024

Preludio 4

Cuando hablamos de acto psicoanalítico no hablamos de un concepto que pueda ser definido bajo una fórmula, se trata de hacer, de un hacer del que cada psicoanalista debe hacerse cargo, en solitario. Este hacer se lleva a cabo desde una posición que nos indica Lacan «fingir que la posición del sujeto supuesto saber puede ser sostenible porque es el único acceso a una verdad de la que ese sujeto va a ser arrojado…»1. El acto psicoanalítico, operado desde el analista, hace surgir al sujeto de un inconsciente ahí donde había un sujeto en la representación significante de su decir. El descubrimiento de Freud es el inconsciente, pero el verdadero acto es, como nos dice Lacan en Televisión: «se interroga al inconsciente como un saber» (Lacan, 1974).

La lógica del acto analítico solo puede ser comprendida si rastreamos su continuidad entre los extremos de la apertura y el final: es preciso que la transferencia rubrique el inicio del análisis, para que pueda haber un final…de la transferencia. Es necesario este paso para llegar a disolver en acto la transferencia a lo largo del análisis «…el analista sabe que está destinado a des-ser y que constituye, si puedo decir, un acto en falso, puesto que él no es el sujeto supuesto saber, ya que no puede serlo, y que no hay nadie que lo sepa mejor que el psicoanalista.»2

S. Freud tuvo el acierto de pensar el psicoanálisis como la tercera profesión imposible, tras la profesión de gobernar y educar. Como el título de estas jornadas indica; se está hablando y se va hablar de las tareas imposible de «Educar, gobernar y curar», si hay un tema social donde se anudan estas tres imposibilidades es en la llamada «violencia de género».

Las consecuencias de los actos/medidas desde el discurso Capitalista donde existe una relación directa entre el Sujeto y el objeto, desapareciendo el límite que antes ponía el discurso del Amo, nos llevan a la perpetuación de un desastre, contabilizado, irresoluble. Se implementan políticas de información, concienciación social, creación de dispositivos para dar atención a las víctimas, formación pedagógica para los varones. Pero el número de mujeres 2 maltratadas y asesinadas va en aumento. Dispositivos que no escuchan nada, que no reducen las estadísticas de violencia.

Lo POSIBLE del acto psicoanalítico.

A partir de una clínica bajo trasferencia, una clínica del caso por caso, donde pueda aparecer como pregunta ¿Qué soy?. Donde se pueda desvictimizar a la mujer, dando paso a la implicación subjetiva en su maltrato para poderlo trabajar desde la singularidad. Poder separarse del deseo alienante del Otro. Carmen Lafuente se interroga «¿Qué podemos hacer desde el psicoanálisis?»:

No es victimizando a las mujeres en grupos de ayuda, ni tampoco empoderándolas como se consigue modificar las posiciones de sometimiento y de estrago en las que están atrapadas. Solo analizando las determinaciones inconscientes, tanto del hombre como de la mujer, se podrá modificar estos vínculos destructivos que con tanta frecuencia se encuentran en las parejas de hoy. Es ahí donde el psicoanálisis puede incidir, de forma individual y singular en cada mujer, una a una, para que acceda como sujeto de deseo a las preguntas y a los cambios que le permitan acceder a una relación basada en el amor, el respeto mutuo, y a su propia libertad.3

Para finalizar vendría mi chiste sobre lo imposible, pero ya se me adelanto María Jesús Zabalo. Recurro en mi despedida a una frase de Sherlock Holmes «Cuando has eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe de ser la verdad».

Notas

1 Lacan S15 El acto psicoanalítico clase 1. 15 de noviembre de 1967.

2 Lacan S15 El acto psicoanalítico clase 6. 17 de enero de 1968.

3 Carmen Lafuente «La violencia de género en la actualidad» (Los monográficos de Pliegues n.º12).