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El trauma, el negacionismo y la consideración de lo imposible
Lo Real se sitúa en la etapa donde el registro de una articulación simbólica se encuentra definido como imposible de demostrar… Esto hace palpable por qué gobernar, educar, analizar y, por qué no, hacer desear, para completar con una definición lo que sería el discurso de la histérica, son operaciones, propiamente hablando, imposibles.
J. Lacan, El Seminario, libro 17: El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 2008, pp. 186-187.
Cada discurso funciona como aparato regulador de goce en la relación del Sujeto con el Otro y sabemos de la estrategia del acto analítico que consiste en saber que todo discurso tiene un imposible1, implica un resto. Esta concepción permite poner en serie los Seminarios 15 y 17.
Gobernar, Educar, Analizar y Hacer Desear son modalidades del lazo social, lo cual no tiene nada que ver con una concepción de la sociedad que contemple la ilusión del para todos y descuide los imposibles discursivos cayendo en la impotencia. Lacan lo dice en la entrevista de Emilia Granzotto en la revista Panorama (1974) en relación a la angustia de los científicos: Pretenden «completar al sujeto», estar al servicio del hombre apuntando a hacer desaparecer el malestar humano bajo la fórmula: No hay nada imposible en lo real.
A diferencia de la premisa del para todos lo mismo, Lacan propone no ceder ante el deseo. Y en esto consiste precisamente el proyecto epistemológico del psicoanálisis en el campo social organizado en torno al texto freudiano El malestar en la cultura y la 3ª teoría pulsional que alude directamente a la pulsión de muerte2 frente al eros en el ser hablante.
Una manifestación de la pulsión de muerte es la aparición de procesos negacionistas de la historia, donde resuena el odio de cada uno en una voz aparentemente común. El mecanismo psíquico de la Verleugnung o renegación, descubierto por Freud y desarrollado por Lacan está en la base del negacionismo.
El negacionismo entre la renegación y el delirio, no es un discurso, es un modo de gozar (Imaginario) que descarta la palabra del Otro y no busca «creer» (que es siempre una apuesta), sino solamente concluir con una certeza, sin argumentos. Estamos ante un modo de gozar que descarta la palabra del Otro cómo en el delirio psicótico. Por eso es tan ineficaz discutir con un negacionista como con un paranoico: no se trata de verdadero o falso, se trata de una captura imaginaria que niega al otro para sostener su certeza/goce. Atraviesa la historia de la Humanidad e implica la manipulación deliberada de la historia por medio de la invención de eufemismos que penetran en la lengua corriente con el fin de borrar la huella de los actos.
Su oponente claro es el discurso de la histérica, que destituye al Otro del saber para hacer valer el espejismo de su singularidad (el negacionista renuncia a su singularidad para convertirse en rebaño).
Los filósofos, los historiadores, los sociólogos nos aproximan a esta realidad desde muchas aristas, pero ignoran que el origen del mal es tomar al otro como objeto. No tienen en cuenta o es labor del psicoanálisis explicar es el hecho de que el efecto traumático3 de las guerras, del terrorismo de Estado, de los campos de concentración, de los abusos contra la ciudadanía, de la violencia de género, de la violencia contra los niños, del abuso infantil familiar o por figuras con poder, del terrorismo a secas, no lo sufren sólo las víctimas directas sino también las generaciones sucesivas del grupo social, como Freud nos enseñó. No obstante, Lacan señala que el hombre siempre tuvo estrategias para adaptarse al mal y dialectizarlo, y lo hace con cierta ironía: «El único real que se puede concebir, al que tenemos acceso, es éste; es preciso darle una razón. Dar un sentido a las cosas. De otro modo, el hombre no tendría angustia. Freud no habría devenido célebre y yo sería profesor de instituto».
Los seres hablantes levantan barreras ante el mal. Sin embargo, las personas con rasgos o estructura perversos tienden justamente a derribar todas esas barreras. La consecuencia es que hay seres humanos que se han visto obligados a vivir el horror, tanto en la vida doméstica (casos de maltrato o de abuso a menores), como en la vida pública y más aún en tiempos de gran conflicto. Esto, a menudo, se vive en soledad y sin testigos (o aun peor, con testigos negacionistas), lo que acrecienta el daño sufrido.
Una estrategia contra el mal es dar testimonio de lo ocurrido4 lo que implica no creer que exista ningún objeto preparado en el mundo para satisfacer para siempre el deseo, al igual que no creer en la bondad innata del ser humano es un parapeto ante la maldad, pues no hay objeto que colme, lo que es lo opuesto a poner cualquier objeto como ideal (a poseer o a eliminar) e intentar ser amo del objeto y el discurso que sostiene esa posición. No es pues tan ingenuo el humanista profesional5 que pretende encontrar lo humano en lo inhumano y no lo contrario, es que simplemente huye de lo Real6.
La escritura testimonial es una oportunidad para volver a utilizar el lenguaje de modo no perverso y generar estrategias de supervivencia que velen lo pulsional. En el testimonio se reflexiona en torno a lo inhumano que yace en el interior de lo humano (y no lo contrario).
En la vida de un ser humano se producen acontecimientos traumáticos (aunque lo traumático no es el hecho, sino el efecto intenso que produce en unos sí y en otros no), una especie de colapso de ideas y emociones que no pueden derivarse a través de la palabra y el pensamiento, por lo tanto, no pueden elaborarse intelectualmente en el momento de ocurrir, aunque sí más adelante. Algunas personas quedan atrapadas en el dolor (Victimas), otras lo transcienden cuando son capaces de encontrar la forma de elaborar un duelo (Supervivientes). También ocurre que ante situaciones difíciles algunos tienden a abandonarse, o bien quedan bloqueadas por el miedo al hundimiento psíquico y deciden entonces hacerse seguidores de otro, hacerse rebaño para negar lo que pasó (Negacionistas). Por eso Freud llegó a la conclusión de que nuestra subjetividad tiene tendencia a quedar fijada en el dolor, de ahí el concepto de la repetición de lo traumático.
Los supervivientes son personas que ante el horror cuentan con herramientas psíquicas que les permiten desarrollar estrategias que les ayudan a superarlo. Sujetos con deseo y un punto último de creencia que se convierte en la metáfora del sujeto. Son personas que, sin necesidad de olvidar, desarrollan una apuesta por la vida que les hace volver a tener deseo por las cosas, consiguen mantener un objetivo que alcanzar fuera de ellos y hacia el cual se proyectan, que es lo que les ayuda a vivir. Es la forma de salir de la posición de victima, pues el sobreviviente es todo aquel que pudo hacer algo con la experiencia real traumática para salir de la posición de víctima, y víctima a aquel que no ha encontrado ninguna elaboración psíquica supletoria al horror padecido.
La víctima se construye en algún discurso; el sobreviviente deconstruye la posición de víctima para no quedar enajenado en ella o continuar siendo objeto de la victimización. En efecto, el victimario cosifica a la víctima y ésta, ante eso, tiene dos recursos: aceptar la cosificación o salir de la identificación con esa posición de víctima. Es ahí, donde el psicoanálisis tiene mucho que decir por su modo de elaborar lo real a través de lo simbólico.
En resumen, el negacionismo impide el reconocimiento por el Otro social de los daños sufridos, implica ignorar el hecho de haber sido tratados como cosas y es una estrategia de los victimarios para vivir impunemente. Por eso los supervivientes tienen la responsabilidad ética de testimoniar, llevar su saber al lugar de la verdad, restituir la dignidad del lenguaje y poner límites a lo real traumático.
Bibliografia
Juan Antonio Bayona (película, 2023): La sociedad de la nieve.
Daniel Écija (Serie española, 2020): La Valla.
Sigmund Freud: El malestar en la cultura, Las pulsiones y sus destinos, El porqué de la guerra, Inhibición, síntoma y angustia, etc. Obras completas.
Sigmund Freud: 1925. Prólogo a un libro de Aichhorn. Juventud descarriada.
Jacques Lacan: Seminario 11: Los 4 conceptos fundamentales del psicoanálisis.
Jacques Lacan: Seminario 15. El acto psicoanalítico.
Jacques Lacan: Seminario 17. El reverso del Psicoanálisis.
Jacques Lacan: Entrevista de Emilia Granzotto en la revista Panorama (1974), Crisis, número 27
Primo Levi sobre la metáfora del sujeto. Los hundidos y los salvados. En Trilogía de Auschwitz (1989). Varios textos.
Otero Rossi, Maria Rosario; Najt, Norma Etel: Negacionismo en la historia. Una manifestación del malestar en la cultura. Tesis de Doctorado realizada en el marco de una cotutela entre la Universidad Nacional de La Plata y la Université Paris 7 – Denis Diderot (Francia).
Jorge Semprún: Textos de cautiverio y textos políticos.
José R. Ubieto (2020). Varios artículos sobre negacionismo desde el psicoanálisis (2020/2023).
Notas
1 El imposible del discurso del Amo es gobernar lo Real. El imposible del discurso histérico es hacer desear. El imposible del discurso Universitario es educar lo real. El imposible del discurso analítico es abordar directamente lo Real a lo que apunta.
2 La pulsión de muerte, en Freud, el goce en Lacan, nos brinda una clave de lectura, para comprender la lógica de las masas. La masa implica una cohesión identificatoria entre sus miembros, sostenida en la suposición de un goce compartido, pero al mismo tiempo un efecto segregativo de aquellos que quedan afuera. El racismo conlleva así el odio por la manera particular en que el Otro goza.
3 Hay traumas sobrevenidos por la ideología (algo elegido con otros) o por pertenecer a una determinada comunidad (algo padecido pasivamente), o por tener que sufrir pasivamente la arbitrariedad de los adultos, por razones de género, etc.
4La estrategia del testimonio toma al lector como ese otro necesario para poder escucharse a si mismo y es usada tanto por personas de alto nivel cultural, como por personas de toda condición que han empleado para ello, no sólo la palabra, sino también el escrito, desde cuadernos lujosos a bastas envolturas.
5 Si bien las condiciones políticas, económicas y militares pudieron servir de base al nazismo, su fundamento hay que buscarlo en la propia estructura. La pulsión de muerte no puede dejarse de lado en este asunto.
6 Auschwitz ha revelado de modo catastrófico las capacidades autodestructoras de la Humanidad.