Publicado el 26/03/2024

Educar, curar y gobernar tres tareas imposibles

Uno de los caminos que encontró Sigmund Freud para acceder al inconsciente, fue el chiste. Así en 1925 escribe: «Tempranamente había hecho mío el chiste sobre los tres oficios imposibles —que son educar, curar, gobernar— aunque me empeñé sumamente en la segunda de estas tareas».

Doce años después en 1927 dice: «Y hasta pareciera que analizar sería la tercera de aquellas profesiones imposibles».

Que estas tareas sean imposibles de cumplir y que sepamos que nunca serán completadas satisfactoriamente no impiden que nos empeñemos constantemente en desempeñarlas.

Actividades todas basadas en la práctica y el rendimiento de la palabra.

En 1967, Jacques Lacan introduce por primera vez esta extraña pareja de palabras «Acto Psicoanalítico». Si lo real está en los embrollos de lo verdadero, en una primera etapa del análisis, se instala el inconsciente transferencial, con el sujeto supuesto saber, para el tratamiento de ese real imposible de soportar.

En esa orientación propone el acto analítico refiriéndola a los, acontecimientos que suceden en la cura psicoanalítica, que producen cambios subjetivos en el sujeto y que implican consecuencias.

Lacan ya en 1974 dice: «Es indispensable que el analista sea al menos dos, el analista para tener efectos, y el analista que a esos efectos los teoriza». Nos podemos empeñar en ello en estas jornadas que se celebrarán en San Sebastián el 1 de junio de 2024.

Un chiste.

Un hombre va caminando por el monte Aizkorri de Guipúzcoa y tropieza con una vieja lámpara. La recoge, la frota y sale un genio.

El genio le dice: «¡Vale, vale! Me has liberado de la lámpara y todo ese rollo… pero es que este mes ya es la octava vez… así que sólo te concederé un deseo».

El hombre se sentó, pensó un momento y dijo: «Siempre quise ir a Hawái, pero tengo fobia a volar. Puedes construirme un puente para que pueda llegar en coche».

Al genio le dio la risa y le respondió que aquello era imposible. «Piensa en la logística y los costos económicos para hacerlo. ¡No!, no! Tienes que pensar en otra cosa».

El hombre que estaba de acuerdo, lo pensó un poco y le dijo al genio: «Yo me he casado y divorciado cuatro veces. Mis esposas siempre se quejaron de que a mí no me importaba nada, de que era un insensible. Así que quiero saber cómo sienten las mujeres, en que piensan cuando están en silencio, saber por qué lloran, saber realmente qué les pasa cuando ellas dicen nada saber algo del deseo femenino y del goce femenino».

Entonces el genio le respondió: «¿El puente lo quieres de tres o cuatro carriles?».

Bibliografía

Sigmund Freud. 1925. Prólogo a un libro de Aichhorn. Juventud descarriada.

Sigmund Freud. 1937. Vol. 23. Cap. VIII. Análisis terminable e interminable.

Jacques Lacan. 1976. Seminario 15. El acto psicoanalítico.

Jacques Lacan. 1974. Seminario 22. R.S.I.